


La autoestima y la autoconfianza, es uno de los factores psicológicos más importantes cuando trabajamos sobre rendimiento en el deporte. Este concepto, está relacionado a nuestra forma de pensar y encarar cada acción que se nos presenta en el juego.
El deportista, tiene una velocidad extraordinaria de pensamiento, el cual influye en el desencadenamiento de las reacciones emocionales. Esa emoción (duda o certeza) determinará el grado de dificultad percibida en lo que tengo que hacer, y asi serán las creencias acerca del éxito y del fracaso.
Ante la realidad, primero pensamos lo que debemos hacer, luego surge una emoción relacionada a esa sensación, y en consecuencia actuamos.
El modo como nos sentimos respecto a nosotros mismos, afecta las decisiones de juego. Por ejemplo: si comenzás un torneo jugando mal, no te caigas ante las primeras acciones erradas, pensando que todo irá igual. ¿Para que sirve castigarse con lo malo?, ¿Porque no cambiar nuestra forma de pensar y recordar esos tiros o pases buenos que hicistes?
Lo importante es que no te lo creas y que sigas adelante.
Pensar mal de nosotros mismos, es una creencia distorsionada donde no valoras tu mérito, sino el objetivo de acuerdo a tus necesidades.
Una autoestima alta forma jugadores seguros, que a pesar de una mala jugada, siguen sintiéndose competentes y no caen en el fracaso. Al contrario, aprenden de él y lo transforman en experiencias de juego a superar.
¿Cuantas veces se han sentido en situaciones amenazadoras? Ante la incertidumbre, juegan con ansiedad y apuro, no preparan ni analizan lo que quieren hacer, y luego, se enojan. El pensamiento negativo y sus insultos preferidos, han generado inseguridad y sentimientos de inutilidad e indefensión.
Jugada tras jugada se intensifica la emoción, se desconcentran y el rendimiento es muy pobre, ya que eso es lo que piensan de ustedes.
La persona con un nivel de autoestima adecuada, no se siente superior a otro jugador, sino que sale a competir con él, y no lo percibe como una amenaza, ni como a nadie superior.
Siéntansen seguros. Cada uno de ustedes tiene un particular atractivo, y la unión de todas (sinergia) es lo que forma un equipo campeón.
Para mejorar nuestra autoestima centren su atención en aquello que desean mejorar, reconozcan el trabajo bien hecho, festéjensen, aunque sea por pequeñas jugadas, y no sosteniendo siempre las faltas. Podamos felicitarnos a nosotros mismos sin tener que depender del aplauso o la mirada de los otros. Eso es tener una hinchada interior dentro de nuestro pecho, que nos alienta en cada momento.
La mayoría de las personas buscan la autoconfianza y el autorespeto en todas partes menos dentro de sí mismas, por ello fracasan es su búsqueda, y la pierden en los primeros momentos del juego.
¿Por qué no empezamos a cambiar nuestra forma de pensar, y contamos los tiros buenos y nos olvidamos de los malos? ¿Para que sirve recordar lo negativo?
Modifiquemos nuestra cotidiana forma de autoconversación insana y repetidora, por afirmaciones positivas. ¡Que buen pase o tiro que hoy pegué...! Aunque haya sido aunque sea uno solo.
La imagen que tienen de ustedes es muy importante y luego se ve reflejada en la cancha. Por eso si te ves como un perdedor todo lo percibirás desfavorable, tendrás poca motivación y energía. Tu mente se comportará en forma poco creativa. Pero si la percepción que tienes de ti mismo, es la de un triunfador no habrá nada que pueda sacarte de tu objetivo.
Seguramente habrá momentos donde se sientan caídos, eso forma parte de la vida, pero esta en ustedes en poder salir de una manera positiva y recuperarse ante el fracaso.
Lic Julia Iguña
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