domingo, 26 de agosto de 2007

JUGAR EL PRESENTE






La actitud mental de poder centrarse en el presente del juego, es esencial para ganar, o simplemente para dar lo mejor de cada uno. El concepto de “jugar tiro por tiro”, es bien conocido en el ambiente deportivo. Sin embargo, no todos pueden implementarlo debido a la ansiedad que genera ciertos torneos.
Cuando la mente y el cuerpo están sincronizados en el movimiento, están unificados en un solo propósito: hacer lo mejor que quiere realizar.
El jugador, debe poder estar concentrado y atendiendo a lo que tiene que atender. Cuando se está pensando en el futuro resultado o el pasado, es cuando las dos líneas de tiempo se unen, no dando lugar al “aquí y ahora” de la acción. En la cancha se escuchan comentarios como: “que hubiera pasado si hubiera llegado a esa pelota”; “el corto que erre para hacer gol...”; “si hubiera podido concretar el tiro…”. Estos son ejemplos de cómo divagan los pensamientos cuando las cosas empiezan a salir mal. Ante el error, nos empezamos a agarrotar, jugamos a la defensiva tratando de no volver a cometer el error anterior. Pensamos que están todas las miradas evaluando nuestro juego. La ansiedad aumenta, ya que se aproxima el temido resultado.
Planificar, o estar evaluándonos constantemente es un gran distractor y una fuente de presión ya que quedamos a destiempo de nuestro tiempo interior presente.
Las críticas por los fallos que se cometen, hacen que un error se transforme en dos o mas errores, y al ya realizado, se le suman los siguientes mientras todavía se piensa en el primero.
El juego en momentos tranquilos, permite a la atención focalizar más nítidamente en lo que tengo que hacer. Cuando queremos hacer un movimiento, primero lo armamos mentalmente, luego damos la orden de ejecucion, para que el cuerpo lo ejecute.
Cuando se juega la mente debe estar limpia y el cuerpo suelto para cada acción. Sentirse cómodo con su swing. Realizar algunas respiraciones profundas, centrarse en el objetivo. Poder evocar la memoria motora y visual, y jugar desde el primer momento, teniendo específicos objetivos en el presente.
El deportista debe tomar riesgos. El tiro puede salir o no, pero el temor de asumir la decisión provoca la no decisión, y para tomar buena decisiones debemos sacarnos el miedo a perder.
Si tienen que tirar al arco, deben pensar solo lo que existe en el presente: un palo, una bola, una arquera, y un arco. Todo lo demás son elementos adicionales a la realidad, y que deben estar fuera de su campo de atención.
Ya sabemos que no somos perfectos y en cualquier momento puede surgir lo inesperado. Cuanto más juguemos, más vamos perfeccionando el juego y cambiando metas y objetivos. Pero también guardando recuerdos negativos, de torneos perdidos, tiros mal jugados, errados, perdidos, retrocedemos en la manera de jugar.
Para entrenar la confianza todos esos pensamientos no deben existir. Hay que borrarlos del archivo de recuerdos, y recuperar y sostener aquellos que nos hicieron vibrar ante cada tiro. Cuando venimos perdiendo, la mente se satura y comenzamos a viajar por el tiempo. Debemos bloquear los pensamientos, pensar en el ahora, y alentarnos interiormente a través de la autoconversación positiva. Las palabras tienen gran poder y nos pueden elevar o destruir.... que la palabra nazca para construir y no para castigarnos. “Saber jugar el presente”, para eso debemos transformar la presión en rendimiento, convertir las capacidades en habilidades, y poseer la motivación en ser cada día mejores para poder disfrutar en el aquí y ahora un divertido partido de hockey.

lic Julia Iguña

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