miércoles, 9 de julio de 2008

Pasado 2007, presente 2008...

Fue un año de grandes cambios. El año pasado Hindú estaba centrado en otros objetivos. Eran tiempos de jirafas, águilas, leonas…Se comenzaba a disputar la zona clasificación pendientes de un hilo, para sostener o perder el temido descenso.
En el 2008 hubo cambios. Se cosecho lo sembrado con esfuerzo, dolor, llantos, y paciencia. Se pudo poner en palabras lo pensado y sentido por cada una de ustedes, y darse cuenta que realmente “podían”.
Los resultados están a la vista. Ahora podemos pelear la zona campeonato.
No fue fácil adaptarse a utilizar nuevos recursos, pero cada jugadora descubrió que el pesimismo y la derrota son palabras que pesan e incomodan a la hora de definir.
Pudieron jugar "en equipo”, aprendieron a superar obstáculos, y descubrir lo mejor de cada una en lo mas intimo de su corazón.
El talento y el coraje para dar vuelta un partido, fue decisivo para ganar batallas centradas en la defensa y el ataque. Combinaron técnica, con cabeza y pasión.
Hindú no salió este año a jugar como espectador.
No salió a presenciar el triunfo de los otros.
Hindú ya sabe quien es, no juega para los demás ni teme a lo que pueda suceder.
Los equipos que hacen historia pasan por esas pruebas.
Los que toman el fracaso como una opción son los que nunca llegan
Sé que habrá muchas adversidades más en el camino, pero la actitud puede superar cualquier barrera.

Como dice Maximus:

“Lo que hacemos en la vida tiene eco en la eternidad”.
”Imaginen donde quieren estar y allí estarán”

En un partido hay momentos de calma, de agitación, donde la buena intención muchas veces no alcanza. Es cuando la competencia nos pide, coraje, creatividad, osadía junto con el siempre presente espíritu de lucha.
Siempre pasaran por malos momentos. Asi en la vida como en una competencia se debe estar preparados para soportar conflictos, pero… la diferencia está en como enfrentamos la dificultad.
Para terminar me quedo con las últimas palabras del video.

“Es una sensación muy agradable, llegar al final de una etapa, con la conciencia del deber cumplido, obtener el reconocimiento de los colegas y la admiración de las personas que amamos.
Oír el propio nombre con orgullo.
Aquel orgullo de quien vio en los obstáculos la oportunidad de crecer.
El orgullo de quien supo enfrentar las turbulencias de la vida y vencer.
El orgullo de ser un vencedor que nos abrió el camino de los valores fundamentales”

Julia Iguña

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