jueves, 21 de mayo de 2009

ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN

Estar atento es tan importante como saber jugar:
A la hora de lograr un buen rendimiento, uno de los problemas más comunes entre los deportistas es la dificultad para concentrarse y focalizar su atención en la tarea deportiva que están desempeñando. Es una función de la percepcion, que actúa como filtro, ante una gran variedad de estímulos, seleccionando los aspectos importantes para la acción, mientras los irrelevantes son rechazados, o sea, dando prioridad a cierta información mientras otra es ignorada.
La concentración es la capacidad de mantener la atención en un objeto elegido durante un determinado tiempo. Cuando se tira al arco o se defiende un penal, se debe en un punto, en el arco o en la jugadora rival. En una situación de juego desplegado, se debe estar atento al juego y a la estrategia en general. De acuerdo a las distintas situaciones de un partido, se producen diferentes demandas atencionales y, por lo tanto, es fundamental que el jugador sea capaz de cambiar y alternar su atención en la jugada del momento. Algunos jugadores poseen la capacidad de concentrarse, otros tienen dificultad para elegir la información apropiada a la jugada y son más dispersos. La capacidad atencional es la cantidad de información que puede ser procesada. No se puede atender a varias fuentes de información de la jugada simultáneamente, ya que se divide la atención en dos o más estímulos y la ejecución se deteriora. Fuera del campo atencional no se debe ver, oír, sentir nada más que lo relevante a la tarea del jugador. Todo estímulo ajeno al foco de la concentración constituye un motivo de distracción, y es entonces cuando la percepción es más lenta y salta de estímulo en estimulo. Los estímulos distractores en la competencia los podemos sintetizar en:
Distractores externos: Son el entorno del partido; el estado de la cancha, el viento, el público. También podemos incluir el abucheo de los espectadores, gritos, cantos de la hinchada, infracciones, llamadas de atención de los jueces, conductas antideportivas por parte de los contrarios, agresiones.
Distractores internos: Esta configurado por el pensamiento, fantasías o urgencias de la situación. No jugando en el presente, volando al futuro en el resultado final, pensando en sucesos o errores pasados, el cansancio, la fatiga o el dolor físico, todo eso hace que la autoconversación negativa –diálogo interno- genere un pobre resultado final del partido. "no voy a llegar”, “no puedo perder tantas pelotas”, “me siento cansada”.
La autoconversación positiva y constructiva ayuda a centrar la atención y a eliminar la duda. "yo sé como hacerlo”, “suelta y segura”.
Por aburrimiento y desmotivación: La atención sin interés, sin objetivo, es difícil de mantener. Cuando se sale a jugar subestimando al rival, cuando se cree que es muy fácil, decae la atención y puede darse vuelta el partido. En estos casos se deben fijar objetivos en común a cumplir que generen interés en conseguirlos.
Por sobreactivación y apresuramiento, donde se rompe el tiempo necesario para la ejecución. El pensamiento se precipita, los movimientos son más rápidos que la capacidad de elaboración de información. Algunos ejemplos cotidianos “jugador quejoso” le es muy difícil concentrarse, ya que presta más atención a lo que sucede en el exterior, o lo que pasa en su interior que a la situación de juego en general. En otras situaciones, donde se generan discusiones con el árbitro, lo único que se consigue es distraerse y distraer al equipo, dando ventaja al rival para que se posicione. También se debe aprender a estudiar el estado psicológico de atención del rival. Esto forma parte de una estrategia de juego, para saber por donde entrar, o cual es el flanco más débil. La manera básica como podemos entrenar nuestra atención es:
Aprendizaje teórico: desarrollo de conceptos y aprendizaje de distintas necesidades. Clarificación e identificación de aspectos distractores, demandas atencionales de cada posición.
Adquisición de técnicas: en trabajo individual o grupal con técnicas de relajación, visualización de jugadas. Asimismo la atención debe practicarse en los entrenamientos, realizando situaciones o simulaciones de juego en las que practiquen sus destrezas físicas, mientras se exponen a todos los estímulos externos posibles que puedan tener lugar en una competencia verdadera. Ejercicios para familiarizar a los jugadores con los distractores asociados a la competición. Visualizar una ejecución deportiva en un ambiente de muchos estímulos, identificando cuales pueden incidir en la aparición de problemas atencionales.
El secreto para una buena atención es no pensar, aquietar la mente, respirar. En el video, el jugador, se toma su tiempo para concentrarse, respira, dice una palabra disparadora preparando los mecanismos, para centrar la mente en el objetivo. Luego, todo es silencio, el resto del mundo desaparece, solamente esta él, la pelota y su meta. Cada deportista elegirá una palabra que lo conecte con este estado mental.
La habilidad atencional es una de las más importantes y es la base para poder desarrollar las demás. Es un estado donde el jugador esta completamente perdido en su acción, la realidad exterior desaparece siendo reemplazada por otro entorno propio. Requiere un pequeño pero constante esfuerzo para estar centrado en el presente, sin críticas personales, ni búsqueda de reconocimiento, jugando por su propio deseo y el placer que una buena jugada genera.

Julia Iguña

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